“Si uno tuviera suficiente fe, vería a Dios
escondido en el sacerdote. Hay que mirar al sacerdote cuando está en el altar
como si de Dios mismo se tratara”. Esta reflexión de San Juan María Vianney, el
santo Cura de Ars, patrono de los sacerdotes de todo el mundo, nos invita a
mirar con ojos de fe la figura sacerdotal.


El cura de Ars alimentó con su ejemplo y paciencia
la pequeña parroquia que se le encargó durante más de treinta años. En ese
tiempo se fue encontrando con realidades diversas: los pobres, los agonizantes,
los rudos de corazón, en un contexto social y político insoportable de Francia
en su época.
Logró convertir a muchos y transformarlos en
seguidores de Jesús con humildad y sencillez: “Si descubriéramos el don de
Dios….qué mejor andaría todo” solía expresar.
Un santo sacerdote esperanzador para este tiempo que
nos toca vivir. Ante tanto descreimiento y acusaciones cruzadas reafirmemos la
figura del sacerdote de Cristo. Tomado entre los hombres, como uno más, para
servir y bendecir. Dios nos conceda sacerdotes según su corazón.
P. Dante De Sanzzi
@ompargentina
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