A partir del 1º de junio de 2010 la Sede Nacional de las Obras Misionales Pontificias de Argentina, contará con la presencia de una comunidad religiosa de las Hermanas Pobres Bonaerenses de San José.
Profundamente agradecido a Dios y a la intercesión de San José, a quien he encomendado este deseo de tener en la Sede Nacional una comunidad de esta Congregación de origen argentino, cuya fundadora es la Venerable Madre Camila Rolón, quiero compartir con todos esta gracia que el Señor nos ha concedido.
Agradezco de corazón la generosidad de esta querida Congregación, que ha aceptado este servicio a la Iglesia, con una gran confianza en la Providencia de Dios, que no se deja ganar en generosidad. Destaco la apertura misionera de su Superiora General, la Madre Raquel Brambilla y de cada una de las hermanas de la Congregación.
Integrarán la comunidad, la Hna. Mariel Robledo, actualmente Secretaria Nacional de la Obra de la Propagación de la Fe, junto con las hermanas Irma Candelaria, de El Salvador, actualmente y desempeñándose por más de 20 años en los Estados Unidos, y Fátima Costa residente en la comunidad de Mercedes (Pcia. de Bs. As.).
Tengo en gran estima la vida consagrada y creo en el aporte que puede hacer una comunidad de hermanas con su testimonio de vida consagrada en este servicio concreto. La consagración de cada una de ellas, puede expresar de modo elocuente la maternidad y comunión de la Iglesia en el servicio a los demás, como valioso aporte en el servicio que prestarán en la Sede Nacional de las OMP.
Adhiero plenamente a las expresiones de la Evangelii Nuntiandi que se expresa del siguiente modo: “Los religiosos, también ellos, tienen en su vida consagrada un medio privilegiado de evangelización eficaz. Ellos son por su vida, signo de total disponibilidad para con Dios, la Iglesia, los hermanos. Por esto asumen una importancia especial en el marco del testimonio que es primordial en la evangelización” (EN 69).
Pbro. Osvaldo P. Leone
Director Nacional
Obras Misionales Pontificias
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