TESTIMONIO Y GENEROSIDAD DE TANTOS SACERDOTES






DEMOS GRACIAS A DIOS!








La clausura del año sacerdotal es una linda oportunidad para dar gracias a Dios por el testimonio y la generosidad de tantos sacerdotes que nos han ayudado a lo largo de la vida. Es fundamental que nos comprometamos a rezar por la fidelidad y santidad de cada uno de ellos.

Los invito recordar al Buen Pastor Jesús y a encomendar a cada uno de los sacerdotes que conocemos y también a los que no conocemos al Sagrado Corazón de Jesús, hoy que estamos celebrando su fiesta, para que cada día más se parezcan al Buen Pastor.

De vez en cuando las crónicas nos recuerdan que existe también otra realidad, (que no es la del Buen Pastor) hecha de debilidad e infidelidad... De ella la Iglesia no puede hacer más que pedir perdón. Pero hay una verdad que hay que recordar. Como hombre, el sacerdote puede errar, pero los gestos que realiza como sacerdote, en el altar o en el confesionario, no resultan por ello inválidos o ineficaces. El pueblo no es privado de la gracia de Dios a causa de la indignidad del sacerdote. Es Cristo quien bautiza, celebra, perdona; el [sacerdote] es sólo el instrumento .

El acontecimiento de Aparecida ha sido para la Iglesia una invitación a renovar nuestro ardor apostólico y nuestro fervor . Pidamos para que cada sacerdote, tomado de entre los hombres y puesto al servicio de los hombres , renueve cada día su amistad con el Maestro y su entrega en el servicio a los hermanos.

Como quienes presiden nuestras comunidades, cada uno de ellos está llamado hoy a empeñarse en lo que el documento de Aparecida llama “conversión pastoral” , “termino que está vinculado a “errores, incoherencias y lentitudes que hay que abandonar para que la transmisión del Evangelio sea más fecunda” La conversión pastoral se expresa en la firme intención de asumir el estilo evangélico de Jesucristo en todo lo que hacemos. Estilo que exige la acogida cordial, la disponibilidad, la pobreza, la bondad y la atención a las necesidades de los demás . Por este motivo la conversión pastoral tiene que tocar la pastoral ordinaria, empezando por la parroquia, las capillas, las comunidades, la catequesis, la celebración de los sacramentos, las estructuras diocesanas, decanales, etc. Y es allí, en nuestra tarea pastoral ordinaria, donde debemos reconocer que hay “estructuras caducas” y que es necesario abandonarlas, para favorecer la transmisión de la Fe .

Junto con la renovación misionera de la pastoral ordinaria, habrá que extender la presencia misionera, al modo de un proceso permanente, incluyendo aquellas acciones puntuales que ayuden a encender y mantener vivo el ardor misionero. No podemos contentarnos con esperar a los que vienen. Por tanto, imitando al Buen Pastor que fue a buscar a la oveja perdida, una comunidad evangelizadora se siente movida continuamente a expandir su presencia misionera en todo el territorio confiado a su cuidado pastoral y también en la misión orientada hacia otros pueblos .
 
El Prefecto de la Congregación para el Clero, Cardenal Hummes ha dicho en la clausura del año sacerdotal que “El gran objetivo del año sacerdotal ha sido el de renovar en cada uno de los presbíteros la conciencia y la aplicación concreta de su verdadera identidad sacerdotal y de su espiritualidad específica, para retomar la misión de forma renovada”

La vocación al sacerdocio ministerial comienza con un encuentro con Cristo, quien quiere que su llamamiento se prolongue en una vida misionera: "... llamó a los que él quiso (...) para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar"

La espiritualidad de un sacerdote es también una espiritualidad misionera. Los sacerdotes diocesanos, "bajo la autoridad del Obispo, santifican y rigen la porción de la grey del Señor a ellos encomendada, hacen visible en cada lugar a la Iglesia universal y prestan eficaz ayuda en la edificación de todo el Cuerpo de Cristo . Preocupados siempre por el bien de los hijos de Dios, deben procurar cooperar en el trabajo pastoral de toda la diócesis e incluso de toda la Iglesia” .

“La misión ad gentes y la nueva evangelización misionera en las tierras ya evangelizadas son cada vez más urgentes en todas partes y es necesario actuarlas ‘con nuevo ardor misionero, nuevos métodos y expresiones nuevas’. Nuestro amado Papa Benedicto XVI, hablando de la urgencia misionera, ha dicho justamente que ‘no es suficiente conservar las comunidades que ya existen, aunque esto es importante’. Esto significa que es urgente levantarse e ir de misión. Esto es lo que el Espíritu Santo en este encuentro internacional, quiere renovar en todos nosotros” .

El don espiritual que recibieron en la ordenación los prepara, no para una misión limitada y restringida, sino para una misión amplísima y universal de salvación `hasta los extremos del mundo . “Recibirán la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra” .

“Debemos ser muy conscientes de la actual urgencia misionera. Sintámonos una vez más llamados y enviados por el Señor. Hace falta que nos alcemos y vayamos de misiones a todas partes. Por un lado, la des-cristianización de los países ya evangelizados por otro, la nueva evangelización, que a menudo tendrá que ser una auténtica primera evangelización, además del primer anuncio de Jesucristo en países y en ámbitos estrictamente llamados tierras de misión ad Gentes, mostrando la inmensidad de la obra misionera que queda por hacer. El envío de Cristo resuena también hoy para nosotros, “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” .

Corresponde a ellos, en el ejercicio del ministerio y en el testimonio de su vida, plasmar la comunidad que se les ha confiado para que sea una comunidad auténticamente misionera . Demos gracias a Dios por tantos santos sacerdotes que el Señor ha regalado y sigue regalando a su Iglesia, porque con su testimonio de profunda amistad con Jesús y su servicio a la misión, también fortalecen la vocación de discípulos misioneros de Jesús del entero Pueblo de Dios.




Secretaria de la Propagación de la Fe



Cf. Jn. 10, 1-16
Cf. Raniero Cantalamessa
Cf. Misión Continental 1, CEA
Cf. Heb. 5,1
Cf. DA 365 y ss
Cf. Mt 10, 5-10
Cf. Misión Continental 13 y 14, CEA
Cf. Misión Continental 38, CEA
Cf. Mc 3, 13-14
Cf. Ef 4,12
Cf. LG 28
Cf. Card. Hummes, clausura Año Sacerdotal
Cf. Presbyterorum Ordinis, 10
Cf. Hech. 1,8
Cf. Card. Hummes, clausura Año Sacerdotal
Cf. Pastores Dabo Vobis, 32




Comentarios