13 de Noviembre de 2011
Celebramos la Jornada Nacional del Enfermo en el marco del Año de la vida, por la que la Iglesia ha hecho su opción. Esto nos proyecta necesariamente hacia las periferias más hondas de la existencia: el nacer y el morir, el niño y el anciano, el sano y el enfermo, nos dice el documento de Aparecida. Estas palabras son hermosas, solidas y de un gran compromiso para todos. Que el encuentro con Jesús en la Eucaristía nos ayude a todos a amar y cuidar la vida, sobre todo en las etapas o situaciones de mayor fragilidad
Celebramos la Jornada Nacional del Enfermo en el marco del Año de la vida, por la que la Iglesia ha hecho su opción. Esto nos proyecta necesariamente hacia las periferias más hondas de la existencia: el nacer y el morir, el niño y el anciano, el sano y el enfermo, nos dice el documento de Aparecida. Estas palabras son hermosas, solidas y de un gran compromiso para todos. Que el encuentro con Jesús en la Eucaristía nos ayude a todos a amar y cuidar la vida, sobre todo en las etapas o situaciones de mayor fragilidad
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