Carta de despedida del Padre Osvaldo Leone


Buenos Aires, 14 de noviembre de 2012


Queridos hermanos y amigos:

Habiendo sido ya nombrado el nuevo Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias, el         P. Dante De Sanzzi, a quien acompaño con mi oración y cercanía fraterna, quiero despedirme de cada uno de ustedes,  a través de esta carta.
No quiero dejar de nombrar a nadie y ¡son tantas las personas a las que tengo que agradecer por haber compartido el camino conmigo, durante estos cinco años de servicio en las Obras Misionales Pontificias!
Quisiera hablarle a cada uno a solas, y mirándolos a los ojos decirles algo recogido de la experiencia del encuentro personal. Deseando encontrar las palabras más apropiadas y justas, abrí el Evangelio de Jesús y allí encontré lo que le quiero decir a cada uno; se trata de la parábola del tesoro escondido (Mt.13, 44).
Les tengo que decir ¡gracias!, porque en ustedes he encontrado un tesoro, en cada uno así como es, he podido ver el reino de Dios a través de palabras, gestos, silencios, servicios, desafíos, y también a través de la cruz, incertidumbres o incomprensiones por las que algunas veces  tenemos que pasar solos o acompañados, como discípulos de Jesús.
¡El reino de Dios es como un tesoro! Y en el encuentro con ustedes me he encontrado muchas veces y de muchas maneras con este tesoro. En muchísimas ocasiones me he encontrado con la mirada y el cariño de Dios a través de ustedes.
Queridos Secretarios Nacionales que me han acompañado a lo largo de estos años, Miembros de Equipos de las Secretarías y Servicios, Directora, Profesores y Alumnos del Centro de Misionología “Juan Pablo II”, Personal de las OMP, Miembros y Personal de la Nunciatura Apostólica, de la Conferencia Episcopal Argentina y del Arzobispado de Buenos Aires, Comisión Episcopal de Misiones, Pontificia Universidad Católica Argentina y Cátedra Juan Pablo II, Pontificia Universidad Urbaniana de Roma, Obispos, Sacerdotes, Diáconos y Seminaristas de cada diócesis del País, Congregaciones Religiosas, Monasterios de Clausura e Institutos Seculares, Movimientos e Instituciones Eclesiales, Directores Diocesanos de OMP y Equipos, Regiones Pastorales, Medios de Comunicación, Benefactores de las OMP, Adoradores del Ssmo. Sacramento de esta Sede Nacional, Empresas, Comercios y Prestadores de servicios con quienes hemos trabajado juntos en las OMP, a mi Obispo Diocesano Mons. Eduardo Martín y a toda la Diócesis de Río Cuarto, a mi queridísima y recordada familia, a los Amigos, queridos Enfermos y Ancianos, Grupos Misioneros, Misioneros Ad Gentes presentes en distintas partes del mundo, Familias Misioneras, ////////

///////Animadores, Niños y Adolescentes de la IAM, gracias, muchas gracias a cada uno de ustedes por el camino que hemos recorrido juntos durante estos cinco años, gracias por todo lo que me brindaron y hemos compartido.
He intentado dar lo mejor de mí durante estos años, pero también quiero pedirles perdón si entre tantas cosas que hemos vivido, en algunas ocasiones he faltado al mandamiento del amor.
Les agradezco todas las muestras de afecto, la oración y la sencillez para compartir este servicio que Dios me encargo en su Iglesia.
Les pido que me encomienden en sus oraciones y me comprometo a tenerlos presente en cada Eucaristía.
Dios los bendiga y acompañe siempre. María, Reina de las Misiones los proteja y siga cultivando en el corazón de cada uno un gran amor a la misión.


P. Osvaldo Pablo Leone


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