El Sumo
Pontífice, en el inicio de su gestión al frente de nuestra Iglesia, pedía a los
cardenales presentes, en un encuentro íntimo, edificar una Iglesia “que salga,
camine, evangelice”.
Pudo haber
sido con otras palabras, pero esta es la inquietud del Papa. De una vez por
todas, la Iglesia es Iglesia misionera o no es la Iglesia de Jesús.
En este
mensaje descubrimos que es un pedido a todo cristiano. Esto no es exclusividad
del consagrado, sino de todo el Pueblo de Dios bautizado.
En este
tiempo de cuaresma venimos reflexionando seguido este pensamiento del apóstol
Pablo: “¿Cómo van a creer si nadie les predica?”; por eso es urgente la misión,
la evangelización, el pregonar la Buena Nueva.
Este mundo
en que vivimos está necesitado de buenas noticias. Y en este marco resaltamos
las actitudes y comportamientos que tenemos que tener ante los demás. En esto
subrayamos el ejemplo de vida del Sumo Pontífice.
1)
Ser
de Iglesia: Es la que envía, porque Ella fue enviada por Jesús. No llevamos
nuestros puntos de vista personales. Sin la Iglesia el mensaje no es eficaz ni
fecundo.
2)
Dejarse
conducir por el Espíritu: Porque sin Él nada podemos hacer. Nos hace superar
dificultades, y es el protagonista de nuestra misión.
3)
Ser
asiduos en la oración: Porque quien no conoce al Señor no puede anunciarlo;
quien no lo escuchó, no puede hablar en su nombre. Porque somos débiles y lo
necesitamos a cada momento.
4)
Tener
preferencia por los más pobres: El pobre en todo sentido: material, espiritual,
los más alejados, los sin trabajo, los enfermos, los que sufren injusticias.
5)
Ser
alegres: Para que lo que ofrezcamos entusiasme y valga la pena ser vivido.
6)
Ser
humildes: No sentirnos los mejores. Mostrar la verdad con simpleza.
Elementos
que debemos recordar para enderezar un camino que se inició hace dos mil años,
pero camino sinuoso.
El Papa
Francisco, desde Roma, comenzó a transitarlo. Dios nos ayude a acompañarlo. Así
sea.
P. Dante De Sanzzi
Dir. OMP Argentina
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