Nació en 1182 en Asís, hijo de Pedro Bernardone, rico mercader en telas.
Fue bautizado de pequeño con el nombre de Francisco, proveniente del “francés”, ya que su padre amaba este país.
En 1202, luego de participar en la guerra desatada entre Perugia y Asís, cae en desgracia ya que es encarcelado casi por un año. En ese lapso contrae una enfermedad virósica y queda un tiempo convaleciente
Insatisfecho de llevar una vida desordenada, desorbitada y mundana, decide entregarse a una existencia más provechosa y comienza lo que sería una transformación de vida admirada, incluso hoy, entre los no cristianos. En 1206 renuncia públicamente a sus bienes, se presenta al obispo Guido de Asís y se desprende de sus vestimentas, en una clara opción por los pobres y marginados.
Representación de San
Francisco de Asís, en un fresco de Cimabue en la Basílica de Asís, se cree que es la
imagen más fiel del santo
Predicó
la pobreza como valor, y propuso un modo de vida sencillo entre sus seguidores.
Se basó en el ideal del Evangelio.
Visitó
con los 12 primeros hermanos al Papa Inocencio III, en Roma, y así consiguió
con mucho esfuerzo y tolerando la resistencia del colegio de cardenales, la
aprobación de su Regla.
Con
el tiempo creció el número de hermanos y adeptos. En pocos meses 5.000 fueron
sus seguidores.
Pudo
dedicarse luego a una vida más contemplativa, como él mismo lo deseaba, cuando
la Orden adquirió cierta estructura dirigida espiritualmente por un cardenal
llamado Hugolino, y el hermano Elías toma las riendas de la Orden.
Fue
el santo de la paz y la reconciliación; amante de la naturaleza y seguidor de
Cristo Crucificado. Nunca escatimó el sufrimiento físico que lo tenía a mal
traer desde su juventud. “Es tanta la dicha que espero, que hasta en los
dolores me deleito” solía decir y enseñar.
Dios
lo premió con grandes dones; no solo la fama, sino la fama de santidad. El
carisma franciscano fue y es la misión ad-gentes, es decir, más allá de las
fronteras. Tal es así, que su estilo de vida y el de sus seguidores, era
visitar lugares de infieles.
Una
vez retirado, enfermo del hígado, casi ciego, leproso por haber vivido y
servido a sus hermanos leprosos, con las heridas de Cristo, ya que el mismo
Señor lo premió con sus llagas, y en una tremenda noche de insomnio, en el
Monte Alvernia, compuso el fantástico Cántico a las Criaturas, que influyó, de
manera brillante, en la literatura cristiana.
En
la noche del 3 de octubre de 1226, entregó su alma al Señor. Fue canonizado dos
años después por el Papa Gregorio IX, el 16 de julio de 1228. Es admirado por
su vida austera y su sensibilidad hacia la creación.
Dios
nos conceda un espíritu misionero semejante al del Pobre de Asís, y sostenga a
nuestro Pastor en su misión de todos los días. Así sea.
P. Dante De Sanzzi
OMP Argentina
Fresco de Giotto Di Bondone, Basílica de Asís. San Francisco coloca al Niño Jesús (un bebé real), en el primer pesebre navideño.
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