Se entroniza imagen de María Reina de las Misiones en Luján


Con una celebración litúrgica que presidió el Director de Obras Misionales Pontificias, Pbro. Dante De Sanzzi, se hizo entrega al Párroco y Rector de la Basílica de Luján, Pbro. José Daniel Blanchoud, de la imagen de María Reina de las Misiones que fue donada por dicha institución al santuario mariano que es, además, monumento histórico nacional. La misma será entronizada en la cripta que contiene diversas advocaciones de la Virgen. La cripta fue inaugurada y bendecida en 1980, al cumplirse los 350 años del milagro de Luján, y en vistas del año Mariano Nacional,  por el entonces Rector de la Basílica, Padre Rafael Carli CM conjuntamente con el Obispo Diocesano, Monseñor Luis Tomé.


Homilía del Padre Dante De Sanzzi

Damos gracias a Dios porque la Virgen María, nuestra Madre, nos congrega para este banquete, el banquete pascual de su amor; como lo proclama la Iglesia comer el Cuerpo de Cristo nuestro banquete. Alimento que nos sacia y fortalece. Hoy Jesús nos pide cumplir los mandamientos: no robar, no matar no dar falso testimonio, no mentir, cumplir con la ley de Dios. Y tenemos el ejemplo de María que fue cumpliendo todo esto que Dios, ya desde el Antiguo testamento, le fue marcando a los profetas por medio de Moisés y que nos llega por la Palabra de Dios.

 Cumplir los mandamientos, vivir de los sacramentos e incrementar nuestra Fe que nos desafía en estos tiempos difíciles que vivimos como sociedad donde mucha gente está alejada de Dios pero que encuentran en esta Casa del Señor que nos congrega, llena de fe, de imágenes, de esperanzas traídas a los pies de María  por cada hermano que llega a este Santuario. Y tenemos algo muy rico que para el que no cree es una desgracia pero para el que sí es una fuente de gracia, de gratitud: La Virgen.

Tenemos nuestra Madre, Jesús nos la entregó desde la Cruz: “ahí tienes a tu Madre”, cuando el Señor le habla al apóstol Juan nos habla a cada uno de nosotros. Por eso hoy estamos acá pidiendo por el alma de los difuntos, seres queridos que llevamos en nuestro corazón, pidiendo que la Virgen alivie los dolores de la gente que sufre, por los enfermos, por los sin trabajo, por la gente en situación de calle, por las familias rotas, por los que no rezan y están alejados. Como peregrinos trajimos hoy a los pies del altar a  Nuestra Señora María Reina de las Misiones que, como ustedes bien saben, es la Virgen  que se manifiesta bajo diferentes advocaciones.

En este tiempo en que pedimos que la Iglesia sea misionera, que salga a la calle, que vaya a buscar a sus hijos, aquí la tenemos sosteniendo el mundo y mirando con misericordia a cada uno de nosotros. Esta bonita imagen, que va a quedar a partir de esta Eucaristía, en esta Basílica de Nuestra Señora de Luján, acompañando en la cripta del lugar a las otras advocaciones como la Reina de las Misiones, a ella le presentamos a  cada uno de nosotros para que acreciente nuestra Fe, nuestra misión y que sostenga nuestro caminar, nos haga ver encontrarle sentido a nuestro Bautismo ya que desde este sacramento tenemos una misión; la misión de contagiar alegría y llevar buena noticia a los otros. Esta es la Iglesia Misionera que Jesús concibió y quizo y que hoy  caminando por pedido de El, con la fuerza del Espíritu Santo y con el mensaje del Papa Francisco nos impulse a ir al encuentro del otro: salir a misionar, salir a buscar, salir a hablar, no quedarse. Que María Reina de las Misiones y Jesús misionero del Padre Dios nos acompañen en la misión de cada uno de nosotros.



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