El Santo Padre desde que ha
llegado a Río de Janeiro para presidir la Jornada Mundial de la Juventud no ha
parado. Desde las actividades de índole religiosas hasta las culturales e
institucionales. Todo ha hecho que su agenda haya sido muy cargada. Pero eso no
le quitó nunca la alegría y la sonrisa cada vez que apareció en público, al
contrario, siempre radiante, cercano a la gente, especialmente a los niños.
Y si no creemos que no se ha
quedado quieto repasamos su agenda: recibimiento de la Presidenta de Brasil y
del Gobernador de Río de Janeiro, paseo por las calles de la ciudad, bienvenida
a los jóvenes en las playas de Copacabana, viaje a la Basílica de Aparecida,
visita a la comunidade de Varghina, inauguración del Hospital San Francisco de
Asís, saludo a los argentinos en la catedral de Río, Vía Crucis, Misa com los
sacerdotes, religiosos, obispos y seminaristas que asistieron a la JMJ,
encuentro com gente de la cultura em Teatro Municipal, apertura de la
vigilia,almuerzo con jóvenes, confesión en la feria de las vocaciones y misa de
envío.
La gente grita, todos le gritan y
quieren acercarse: niños, grandes, ancianos. Todos quieren estar cerca, sacarle
una foto. Hoy una vez más es portada de varios diarios los que destacan que la
estrella de la Jornada es el Papa y que ha conquistado el corazón de los brasileros,
y añadiría, de cada peregrino del
continente que haya venido.
Ayer en el trayecto hacia el Vía
Crucis, Francisco vió a unos cartoneros que lo saludaban y él, rodeado por
miles de personas, los vió y pidió que
los acercaran al lugar del evento para que lo presenciaran. Gestos simples, humanos, de esos que abundan
en él y que seguramente quedará marcado en el corazón de todos.
Hay que destacar que Francisco
seduce, tiene magnetismo y ha conseguido en solo cuatro meses que los católicos
se revolucionen; él les ha devuelto la confianza. Solo eso hace que millones
esten apretados casi sin poder respirar, parados horas para verlo pasar en el papamóvil.
En este humanismo que hemos perdido
y que él pide recuperar, esta semana ha
sido un oásis para muchos y quizá tiempo de volver a casa y empezar a trabajar
para recuperar y vivir lo que pidió en reiteradas oportunidades: solidaridad, esperanza,
dignidad, y saber de la misericordia de Dios.
Favio Rosso
ompnoticias
@ompargentina
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