El Papa Francisco ha participado en la fiesta de acogida de la Jornada
Mundial de la Juventud celebrada en la
playa de Copacabana, en una tarde lluviosa y fría, para Rio de Janeiro, pero
enormemente festiva.
A su llegada, después de haber recorrido en papamovil una abarrotada
avenida de Copacabana, el el Arzobispo de Rio de Janeiro agradeció al Papa
Francisco su presencia: “Gracias por haber aceptado esta invitación. Gracias
por ir al encuentro de nuestros hermanos más necesitados tanto el hospital de San Francisco como en la comunidad de Varginha.
Gracias por recordarnos con cariñosa atención, la importancia de un amor atento
a cada hermano, en especial al joven y al pobre”.
A continuación tuvo lugar una representación musical “Rio de fe” en el
que el Papa pudo asomarse a conocer la maravillosa ciudad de Rio de Janeiro a
través de la devoción de su pueblo y su fe católica.
El Papa Francisco, que alternó el portugués y el castellano, improvisó
al comenzar unas palabras de cariño hacia los jóvenes que llevaban horas bajo
la lluvia: “Siempre había oído que los cariocas no gustan del frío y la lluvia
pero ustedes están demostrando que su fe es más fuerte que el frío y la
lluvia”.
Tras pedir un minuto de silencio y oración por
Sophie Moriniere, la joven francesa que perdió la vida en la Guyana francesa
cuando se dirigía hacia la JMJ, el Papa ha enviado un saludo y un aplauso a
Benedicto XVI, que convocó la Jornada Mundial en Rio de Janeiro y que, aseguró
“nos sigue ‘pegado’ al televisor.
En su discurso de bienvenida, pronunciado en español, el Papa
señaló: “Hoy he venido a confirmarles en esta fe, la fe en Cristo vivo que
habita en ustedes, pero he venido también para ser confirmado por el entusiasmo
de su fe… para que mi fe no sea triste… para contagiarme con el entusiasmo de
ustedes”.
A continuación recibió la
bienvenida de cinco jóvenes representantes de los cinco continentes, a los que
regaló un rosario, y presenció una representación musical de cada una de las
cinco zonas de Brasil.
En su intervención principal el
Papa Francisco señaló: “Si queremos que (nuestra vida) tenga realmente sentido
y sea plena, como ustedes desean y merecen, les digo a cada uno y a cada una de
ustedes: ‘pon fe’ y tu vida tendrá un sabor nuevo… , ‘pon esperanza’ y cada día
de tu vida estará iluminado y tu horizonte no será ya oscura sino luminoso;
‘pon amor’ y tu existencia será como una casa construida sobre la roca, tu
camino será gozoso…”
El Papa advirtió a los jóvenes como “el tener, el dinero, el
poder pueden ofrecer un momento de embriaguez, la ilusión de ser felices pero
al final nos dominan y nos llevan a querer tener cada vez más a no estar nunca
satisfechos”. Para continuar diciendo: “terminamos empachados pero no
alimentados y es muy triste ver una juventud empachada pero débil”.
El Papa señaló la Fe como
respuesta a esta embriaguez y debilidad: “La Fe es revolucionaria” para
interpelar a los jóvenes presentes: “¿estás dispuesto a entrar en esta onda de
la revolución de la fe?” y responder, “sólo entrando tu vida joven va a tener
sentido y así será fecunda”.
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