Luz, sonido, más de 600 mil
jóvenes, 1500 religiosos, llovizna y con día frío,
Con una celebración litúrgica presidida por
el Arzobispo de Rio de Janeiro Mons. Orani Joao Tempesta, fue inaugurada la
XXVIII Jornada Mundial de la Juventud. La Misa fue en Copacabana y previamente
los miles de jóvenes que asistieron pudieron presenciar diferentes shows de
música católica que eran seguidos por diversas pantallas gigantes instaladas a
lo largo de la playa.
Mons. Joao Tempesta llamó a los jóvenes a "contagiar" a
todos con "la alegría y la paz" de Cristo que es
"siempre actual, sobre todo para los que buscan la verdad, la justicia y
la paz", a transmitir su palabra "de un modo accesible y
comprensible" y a comprometerse para crear "un mundo nuevo, a la luz
del plan de Dios".
La JMJ, según ha precisado, se enmarca en el Año de la Fe que invita a
"vivir profundamente la fe en medio de un tiempo plural y de tantos
cuestionamientos", en este "cambio de época", aunque eso sí,
"con entusiasmo y coherencia". En esta línea, les ha advertido de que
hay "muchas barreras e injusticias que superar" y les ha instado a
"construir puentes en lugar de muros y obstáculos" para así poder
despertar "la confianza y la esperanza" en el mundo.
En cuanto al lema de la Jornada -'Id y haced
discípulos a los pueblos'-, el arzobispo de Río ha apuntado que la playa y el
mar en el que se encuentran recuerda los barcos abandonados en la playa por
aquellos que fueron llamados por Jesús para seguirlo. Y, en este sentido, ha
subrayado que el camino misionero exige "discernimiento, utopía, sueño"
pero también "auxilio de alguien que esté al lado, que ayude a la persona
a reconocer la voz de Dios".
La cruz peregrina y la imagen de la Virgen
presidieron la misa
Favio Rosso
ompnoticias
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