Jesus nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo


Más de tres millones de jóvenes invadieron Copacabana, según calculos de la prefectura de Río de Janeiro para celebrar con el Papa una vigilia de oración y fé. Es la segunda Jornada de la Juventud más númerosa de la historia después de Filipinas, donde se calcularon cuatro millones de participantes. Un mar de banderas poblaron desde las primeras horas de la mañana la playa de Copacabana convirtiendo la ciudad en una fiesta de color y juventud. Durante las horas previas a la Vigilia diferentes grupos musicales, videos y presentaciones acompañaron la espera de los peregrinos. Sin duda el flashmob de los obispos presentes fue el momento más sorprendente del programa previo. Ya en presencia del Santo Padre Francisco, cuatro jóvenes contaron como después de pasar por situaciones difíciles en la vida encontraron en la Fe una razón para vivir. El Papa mencionó el traslado de la Vigilia del Campus Fidei a Copacabana - obligado por el mal tiempo - preguntando a los jóvenes: “¿No estaría el Señor queriendonos decir que el verdadero campo de la fe, el verdadero campus fidei, no es un lugar geográfico sino que somos nosotros?”. Altercando momentos de silencio y oración con otros de diálogo, Francisco habló del campo como lugar de siembra, como lugar de entrenamiento y como obra en construcción.
“Queridos jóvenes, cuando aceptamos la Palabra de Dios, entonces nos convertimos en el Campus Fidei! Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, que germine y crezca”. Francisco, muy cercano a los jóvenes, explicó que siempre puede haber espinas y piedras en la vida, pero les pidió - en castellano típico de Argentina -“hacer un cachito de buena tierra” en los corazones. “Van a ver como germina” concluyó. Entre las dificultades el Papa nombró la superficialidad y la falta de valor para ir contracorriente. Pidió a las miles de jóvenes que no “fueran cristianos de medio tiempo, cristianos de fachada”.



No podía faltar en el discurso a los jóvenes - en su mayoría brasileños - una referencia al fútbol como pasión nacional para recordar a los presentes la necesidad de entrenarse “para estar en forma y afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida”. Entre los aplausos de los jóvenes, Francisco exclamó:“!Jesus nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz.” Coreando con los jóvenes los tres puntos claves de ese entrenamiento: la oración, los sacramentos y la ayuda a los demás, les instó a ser “autenticos atletas de Cristo”.
El Papa acabó pidiendo el compromiso de los jóvenes: “Sean protagonistas de la sociedad, juegen delante siempre, no se queden en la cola. No “balconeen” la vida, Jesus no se quedó en el balcón. ¡Métanse en ella!”. Haciendo un comentario directo de los jóvenes “que han salido por las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna”, Francisco recordó que la respuesta debe ser cristiana. Después de las palabras del Santo Padre comenzó la adoración eucaristica al santisimo Sacramento parte central de la Vigilia.

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