El sábado 14 de septiembre se llevó a cabo en Villa
Cura Brochero, diócesis de Cruz del Eje,
en Córdoba, la misa de beatificación del Cura Brochero, conocido como “el cura
gaucho”.
Este sacerdote siempre fue reconocido por su
laboriosidad y popularidad. Avanzando a lomo de burro por caminos inhóspitos,
visitando enfermos, celebrando los sacramentos, animando a los feligreses y
ofreciendo sus propios dolores y fatigas. De esta manera se iba gestando una
vida de santidad.
Nos hace reflexionar que haciendo lo que se
debe, según nuestras capacidades y funciones, todos nos podemos santificar.
También la vida del P. Brochero, muestra la
sencillez de la misión. Andando y sirviendo, sin hacer grandes ruidos, provocó
el “gran ruido” que hacen los santos.
Siendo un hombre de Dios, no necesitó grandes
alocuciones teológicas ni grandes gestas evangelizadoras. Desde la tranquilidad
y el espíritu de escucha, fundamental para el misionero, fue ganando almas para
el Señor.
Una multitud siguió la celebración. Una gran
cantidad de sacerdotes participamos de esta fiesta litúrgica. Muchas
consagradas y seminaristas, sumado a una multitud de pueblo fiel, acompañaron
con alegria la Santa Misa.
Sería interesante, a partir de este evento,
ir descubriendo por donde pasa nuestra vida cristiana. Alguien dijo que las
crisis se dan “por mirarnos demasiado el ombligo”. Es verdad. No apaguemos el
espíritu misionero que nos deja a cada uno la enseñanza de Jesús, misionero del
Padre.
Que el Cura Brochero nos enseñe a caminar
misioneramente. Así sea.
P. Dante De Sanzzi Director Nacional de OMP
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