Comenzando un nuevo año, se ofrece
este día una oración para vivirlo en paz.
Sabemos que a lo largo de los doce
meses a vivir pueden ocurrir cosas que no estaban en nuestros planes; cosas que
pueden ser agradables o de las otras. Ante esta situación, la pregunta es como
prepararse.
Sin dudas que nos ayudará poner
toda nuestra confianza en el Señor. “Él es nuestra paz” nos dice San Pablo en
el capítulo 2 de la carta a los efesios.
En lo personal, se nos invita a
vivir en armonía con uno mismo. Esta postura nos permitirá avanzar a vivir
cordialmente con los demás.
En lo comunitario, estar en paz con
el otro es entrar en su realidad y aceptar lo que nos rodea.
Para algunos es no entrar en
guerra. Es más que eso. Es vivir en plenitud, en justicia, en solidaridad.
La paz es posible si se vive de una
manera ordenada. Mirar a los costados, respetar el tiempo del otro, no
criticar, no apurarse, asumir la realidad, tener momentos de oración; todas
claves para estar en paz con Dios y los hermanos.
Jesús proclamó “bienaventurados los
que buscan la paz”, los pacificadores, y mandó a los discípulos a saludar
deseando la paz.
Caminamos juntos el año de la
evangelización, el año de la misión. El buen misionero es el que promuve la paz,
la concordia, dejando de lado las disputas y contiendas. Siempre hay
diferencias, pero el secreto es estar en paz unos con otros.
En esta jornada que celebramos a
María como Madre de Dios, tomemosla como Madre nuestra. Pidámosle como hijos,
transitar este tiempo en paz con su Hijo Jesús y los hermanos. Hagamos un año
mejor. Cuidemonos los unos a los otros. Así sea.
P. Dante De Sanzzi
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