Acompañar al que sufre

Comentario a la intención misionera del mes de abril

En este mes que comenzamos, el Papa Francisco nos propone vivir la espiritualidad misionera, rezando para “que en esta próxima Pascua, Cristo Resucitado viva en el corazón de aquellos que sufren dolor o enfermedad”.

Nuestro andar misionero también debe caracterizarse por acompañar física y espiritualmente al que sufre. A la vez, el enfermo, el dolido, debe ofrecer al Padre la misión cotidiana de seguir luchando, de no caer. En una palabra, se nos pide a todos los cristianos abrazar la cruz.

Cuando hablamos de Pascua, hablamos de resurrección. Y estamos diciendo que Cristo está vivo. Ya no muere más; venció con su muerte y resurrección a la misma muerte.
Por eso decimos que Jesús, Hijo del Padre, es nuestra salvación. .En el evangelio de Juan se presenta como “el Camino, la Verdad y la Vida”.

El mismo profeta Isaías nos dice que el Señor nos habla y que “nuestra salvación está en convertirnos y en tener calma; nuestra fuerza es confiar y estar tranquilos. El Señor se apiada de cada uno y se compadece de aquellos que creen y ponen su confianza en Él” ( Is 30 ).

Pidamos por los que sufren en el cuerpo o en el espíritu. Hay mucho dolor en el mundo, producto de la violencia, la incredulidad, de tener los corazones cerrados y por innumerables injusticias.
La misión nos lleva a ser fermentos de masa nueva; a “hacer crecer” al hermano por medio de nuestras obras. A mostrarnos tal cuál Jesús lo hizo: ricos en misericordia.
Promediando la cuaresma y acercándose el tiempo de nuestra redención, seamos evangelizadores capaces, en este tiempo, de mostrar la alegría del ser cristianos. Así sea.

                                                 P. Dante De Sanzzi

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