Una comunidad misionera en Cuaresma




La misión no es una actividad más de la parroquia, es su propia esencia.
Porque una parroquia debe ser misionera por causa del llamado al amor que Dios nos dejó.
Jesús amó a sus hermanos cuando estaba a punto de entregarse totalmente por su salvación; y este es el fundamento de la evangelización. Por eso la evangelización es el signo natural de nuestra fe.
La Iglesia solo existe si evangeliza, y esto es de validez para la parroquia. Si una parroquia no evangeliza no es más que un edificio. Esto no es opcional, es una obligación de nuestra fe, es la expresión de nuestra caridad.

Para vivir la misión con espíritu cuaresmal es fundamental la vida eucarística. La Eucaristía atrae; el mismo Señor atrae a las personas.
Por eso la Eucaristía es el centro de nuestra evangelización. Vamos viendo por la experiencia que el solo hacer cosas sin llenarnos de Jesús, no nos genera ninguna sensación. Es más, todo es vacío.
La comunidad parroquial debe pasar de ser comunidad de contención a modelo misionero. Mucha gente se acerca “para ver que pasa”, “para sentirme un poco mejor”, para hacer catarsis. El parroquiano junto al párroco debe utilizar esta instancia y este tiempo para fortalecer la catequesis comunitaria. Por eso es importante el trabajo de los laicos. Si reducimos la misión a los clérigos cometemos un grave error. Cada laico es un misionero en potencia.
 
Se debe comprometer a más hermanos para la misión; debemos entrar a zonas inexploradas, buscando nuevos métodos de evangelización agotando todos los recursos posibles.¿ Cuánta gente hay sin sacramentos? Seguro nos sorprenderá la respuesta.
Grandes misioneros ha tenido la Iglesia a lo largo de la historia, y con numerosas dificultades. Si fue posible para ellos porqué no será posible para nosotros.       

 P. Dante De Sanzzi

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