Desde hace
unos años, el Papa Benedicto XVI implementó este día como el día del sacerdote
en general. Antes lo era del párroco en particular. Pero celebramos a todos los
que recibieron el Orden Sagrado para toda su vida.
Coincidiendo
con la memoria litúrgica de San Juan María Vianney, el llamado comúnmente “el
cura de Ars”, ya que es la aldea francesa de su pequeña parroquia que rigió
durante más de cuarenta años.
Este santo
Patrono se caracterizó por su humildad y paciencia en las dificultades de todos
los días. Llegado a su diócesis se encontraba con apenas unas pocas mujeres y
algún hombre que lo acompañaban en el camino cristiano y en la Eucaristía. La gran
mayoría del pueblo se lo encontraba en las cantinas, bares y viviendo la noche.
Nada importaba la espiritualidad.
¿Cómo se
tuerce estas rebeldes voluntades?. El padre Juan María utilizó un método que hoy
sería conveniente retomar: oración y penitencia por aquellas almas desviadas
del camino, para atraerlas a Dios.
Un enviado
de su obispo para “espiarlo”, manifestaba tres “grandes males”: predicación
algo extensa, duros términos, y siempre los mismos temas: pecado, errores,
juicio final, cielo e infierno. Y le preguntaron los resultados: “excelente;
cada vez más gente se convierte y se acerca a la comunión”. El obispo replicó:
“ las primeras tres cosas son perdonadas al padre”.
Su paso
formativo y crecimiento espiritual se da en plena Revolución Francesa. Sabemos
por la historia las dificultades de los pueblos para crecer en la fe y tener
permiso para manifestarla. Al Padre Vianney nada lo asustaba, nada torcía su
voluntad, hacía su misión con esperanza y alegría. Lo que era al principio muy
poca gente, se transformó en pocos años en una inmensa comunidad de más de
85.000 almas convertidas.
Recemos por
el aumento y perseverancia de las vocaciones sacerdotales y religiosas, tan
necesarias en este tiempo. Pero principalmente, por la santidad de los
consagrados, de los párrocos, de los pastores. Comenzar por la calidad, antes
de preocuparnos por la cantidad. Agradar a Dios sirviendo a su Pueblo, a imágen
del Cura de Ars, que como Jesús, llevó la imágen del Buen Pastor.
P. Dante De
Sanzzi
@ompargentina
Comentarios
Publicar un comentario