En este nuevo mes, el Papa Francisco nos propone rezar “para que los
seminaristas, religiosos y religiosas jóvenes tengan formadores sabios y bien
preparados”.
Esta es una de las preocupaciones de la Iglesia : contar con
formadores aptos y bien formados para poder formar a los más jóvenes que
descubren la vocación de servicio, la vocación a realizar la misión que Dios
les pide en el mundo.
Hablar de sabiduría es hablar de “saber”, en el sentido del hacer
“saborear”, gustar de las cosas de Dios. Jesús pidió a sus discípulos
idoneidad, preparación espiritual y humana. Por eso los llevaba al monte a
orar, a prepararse. Y los hacía enfrentar con las realidades cotidianas de la
gente: el dolor, el hambre, la angustia, la enfermedad.
Hoy apuntamos a esto. En la tarea evangelizadora mostrar a otros la
santidad y la calidad de vida. Sabemos que no alcanzan los ministros y
consagrados para abarcar las necesidades del pueblo, que “la mies es mucha y
pocos los trabajadores”; pero depende de los buenos formadores, de sus
capacidades, para incentivar y animar a los demás a servir de la mejor manera a
los que buscan al Señor.
Colaboremos en la oración con el Santo Padre a pedir por el aumento,
santidad y perseverancia de las vocaciones sacerdotales y religiosas. Y de sus
formadores; que con alegría y entusiasmo contagien los corazones de sus
súbditos.
P. Dante De Sanzzi
Ompargentina.org.ar
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