Transitando
el mes misionero vemos como muchas diócesis se colocaron en “estado de misión”,
aunque sabemos que la misión de la
Iglesia es constante.
Van
surgiendo con fuerza evangelizadora las carpas misioneras. El encuentro del
agente de pastoral, las personas de las comunidades, con el peatón ocasional. Y
precisamente es la ocasión para hablar, saludar, escuchar, en una palabra,
hacer la misión.
Comprobamos
la cantidad de personas que se acercan a estos lugares para recibir la
bendición del sacerdote, la estampa para rezar, un momento de oración para
frenar tanto aceleramiento, para descubrir en el barrio, la presencia amorosa
del Padre manifestada en Jesús.
No nos
podemos permitir cortar las devociones populares. Es lógico que se debe
mantener el orden y la sana doctrina. Pero hoy urge abrirnos al otro, abrir el
corazón y la mente, abrir los oídos para saber escuchar la necesidad del
hermano. Comúnmente se denuncia que “nadie me escucha” cuando planteo una
necesidad. Empezemos haciendo lo que nos
gustaría hagan con nosotros; es decir, hacer el bien.
Actuar como
Cristo, vivir una mejor espiritualidad, sentir la necesidad de encuentro con el
prójimo, transmitir valores cristianos, contagiar alegría, algo que falta en la
sociedad. Esto y muchas cosas más hacen la misión del Redentor. Que sea la
nuestra. Sigamos en salida. El Padre nos recompensará.
P. Dante De
Sanzzi
@ompargentina
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