9 de Noviembre. Jornada nacional del Enfermo.

Este domingo celebramos la Jornada nacional del enfermo, rezando por todos los que sufren dolor o cierta incapacidad física que no les permite estar totalmente enteros a poder realizar innumerables tareas.
En casi todo el primer capítulo del Evangelio de Marcos y el comienzo del segundo, encontramos a Jesús curando a gran cantidad de enfermos que se cruzaban en el camino y otros que les acercaban. La sensibilidad de Dios ante el dolor y la limitación lo transforman en ese Dios Amor que se quiere manifestar y estar cerca de los que lo invocan y piden su sanación.

Junto al comienzo de su predicación, Jesús sintió la necesidad de hacer el bien, de curar, de animar y mostrar preferencia por el que sufre.
El Papa Francisco da comienzo en su Exhortación sobre la alegría de evangelizar, invitando a todo cristiano a renovar el encuentro íntimo con el Señor, a dejarse encontrar por Él, sin desmayar, sin decaer ( E.G 3 ).

El dolor y la enfermedad son un misterio. Los santos padecieron estas limitaciones en sus vidas, y con fortaleza de espíritu las fueron sobrellevando y asumiendo.
Encontrar el sentido de la vida, gozarla y seguir el camino trazado por el Padre con alegría. Ofrecer el sufrimiento por la misión de la Iglesia. Y que el enfermo realice su misión ya que está capacitado para ello; y pidiendo la intercesión de María nuestra Madre misionera a que ayude al enfermo a renovar su “sí”.


                    P. Dante De Sanzzi

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