“Para que
los cónyuges que se han separado encuentren acogida y apoyo en la comunidad
cristiana”.
Siempre
remarcamos que el misionero debe estar abierto a vivir todo tipo de realidad y
en plena disposición a un espíritu de escucha.
La realidad
que vive una familia, no siempre es alentadora. Por eso se le pide a la
comunidad cristiana, a todas las pastorales en conjunto, una posición de
apertura y no discriminación con los hermanos que viven una situación irregular
en su vida.
Muchas
parejas, matrimonios, se han separado o viven momentos de crisis. En medio
están los hijos. Y esta situación es difícil de llevar adelante. Por eso es
clave el rol de la comunidad, de la parroquia, para atender escuchar y dialogar
con estas familias en estado de disolución.
Demos
apoyo, acogida y comprensión; acompañamiento es el término que el Papa
Francisco utiliza para llevar adelante una buena evangelización. “El que habla
mal de un hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y juzga a la ley; ¿ y
quienes somos para juzgar al prójimo?” (St 4, 11-13).
Esta es la
clave misionera: que demos alivio. Ojalá
podamos.
P. Dante De Sanzzi
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