8 de marzo: Día Internacional de la mujer.


En este mes, el Papa Francisco pide en su intención misionera, que se reconozca el rol de la mujer en la vida de la Iglesia. Y en este día se conmemora a todas las mujeres y su tarea diaria. Dentro y fuera de las comunidades cristianas. El papel de madre, de trabajadora, en la acción social y cultural. En lo cotidiano, en las luchas, alegrías y tristezas que tiene todo ser humano.



Estamos ante una sociedad que tiende al olvido. En las pequeñas cosas de todos los días se manifiesta la mano de Dios. Y valoramos, en todo aspecto, la figura de la mujer.
“Hombre y mujer los creó” dice el texto bíblico al principio de la creación. Y los bendijo, y los envió a dar vida, a multiplicarse, a vivir en comunión. Uno no es más grande que el otro. Es el ser humano, criatura de Dios. Y dentro de todo lo creado, el Señor crea el ser que puede dar vida, amamantar, criar, formar, acompañar; es la sensibilidad que necesita hoy el mundo.

Damos gracias a Dios por la vida. Él la da y Él la quita. Pero en medio está la mujer, que Dios pide acompañen para seguir creando juntos, dando aliento de vida.
Las honramos y veneramos de manera especial a la Elegida, la Santísima Virgen. Conocedora de sufrimientos e ingratitudes, de dolor y de cruces. A sus pies ponemos las intenciones de todas las mujeres. Creyentes o no, son amadas de Dios. Que sientan, ante las dificultades de la vida diaria, ese soplo, esa brisa, esa caricia, de un Dios que es Padre y Madre a la vez.

P. Dante De Sanzzi




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