En este
nuevo mes, el Papa Francisco nos propone la oración por la evangelización,
“para que se reconozca cada vez más la contribución propia de la mujer a la
vida de la Iglesia”.
Sabemos de
antemano el trabajo de la mujer en la comunidad cristiana. Durante siglos, casi
desde el comienzo de la humanidad, se dejaba un poco de lado el papel de la
mujer en la sociedad en general.
Pero
corriendo los tiempos, avanzando y creciendo el número de habitantes del mundo,
cada vez más fue acrecentándose la presencia, en todos los niveles, de la
mujer.
Reconocemos
la contribución en tiempo y esfuerzo, en la familia y en la catequesis, en las
labores cotidianas y en la misión.
La mujer da
vida, alimenta y acompaña. Y a imagen de la Virgen María debe ir caminando, con
el ejemplo de todos los días, el camino de Jesús. Un camino de espinas y cruz,
muchas veces de incomprensión y sin dejar de mencionar, lamentablemente,
sectores donde prima la violencia, el despojo, la discriminación.
Pedimos por
todas y cada una. Que la Iglesia del Señor vaya dando gracias por el aporte de
la mujer en la evangelización y en las iniciativas para edificar un mundo más
cristiano, desde sus ambientes.
Las mujeres
acompañaban al Señor y a sus discípulos. Iban al borde del camino, escuchando,
aprendiendo, sirviendo. Grandes santas y beatas de Dios tiene nuestra Iglesia,
que también es Esposa y Madre.
Una oración
de inmensa acción de gracias por el servicio misionero. Y siguiendo juntos,
todos, la acción de llevar buenas noticias
P. Dante De Sanzzi
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