Pascua es
“paso”, ese paso de la muerte a la verdadera vida, la plenitud, la felicidad
eterna.
“El amor de
Cristo nos apremia” decía San Pablo (2 Cor. 5-14); Cristo murió por todos, por
toda la humanidad y en nombre de todos. Pero lo que ante Dios vale en esta
muerte es la obediencia de amor, que hace patente una vida entregada.
Así es la
vida de la misión, la vida que vivió y entregó el misionero del Padre, Jesús,
porque quizo, ya que nadie se la quitó. Y vive para siempre.
Que sea una
feliz Pascua, con fuerza y alegría en el servicio. Con generosidad y
tranquilidad. Que nuestra celebración no sea en vano.
Feliz
Pascua de Resurrección.
P. Dante De Sanzzi
Director de Obras Misionales Pontificias
Argentina
@ompargentina
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