El Santo
Padre nos pide en este mes, ofrecer una intención a María, para que la Virgen “acompañe y guíe a
los cristianos, a llevar el Evangelio en
este mundo secularizado”.
La
secularización es una realidad. Quiere decir, un mundo demasiado materialista,
dividido y alejado de su Creador.
Necesitamos
de la fuerza de la oración. Y aquí juega un papel importante María. Ella
también estuvo presente ante una posibilidad de dispersión y desencantamiento
cuando los discípulos del Señor intentaban concentrarse en oración y a la
espera del Espíritu Santo que llegó en ese Pentecostés.
Es preciso
el fuerte testimonio de vida, el camino de fe, la certeza de la presencia
divina, la seguridad de la compañía de Jesús; ante la difícil situación que
vive el mundo nos entregamos a la
Virgen como modelo de espiritualidad misionera y entrega
generosa.
La misión
no acaba. La Buena
Noticia no puede tener fronteras. Debemos seguir adelante a
pesar de los problemas y trabas que encontramos en nuestra ruta.
P. Dante De Sanzzi
@ompargentina
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