En
Pentecostés aparece la Iglesia
en plena luz y es enviada al mundo con empuje misionero.
Comienza la
misión de la Iglesia. Va
dirigida a los no cristianos, pero sin salirse del pueblo judío, a los hombres
de Israel. La Iglesia
sigue un camino de evangelización; y ese camino tiene las siguientes vías:
1) Testimonio
de vida; 2) anuncio; 3) conversión; 4) bautismo; 5) formación de la Iglesia.
Cumplidas
estas etapas, no se da por terminada la evangelización. Esta acción misionera
sigue en las iglesias particulares. Hay que predicar el evangelio a los que
están afuera.
La misión
iniciada por los primeros discípulos duró cuatro años y comenzó la misión
ad-gentes en Jerusalén, siguiendo por Judea y Samaría. La comunidad de
Jerusalén primero experimentó la realidad de su fe y luego salió a dar
testimonio.
El primer
acontecimiento que desató la misión ad-gentes es el martirio de Esteban, unos
años despues de Pentecostés. Se desata una persecución hacia los cristianos y
comienzan a dispersarse. Pero los apóstoles mantienen la firmeza de la fe y van
predicando la Palabra
donde pueden y se encuentran (cfr. Hech 8,1-4).
Samaría es
visitada por Pedro y Juan; confirman a los bautizados, dan testimonio de Jesús
Resucitado, enseñan la Palabra ,
anuncian la Buena
Noticia. La misión sigue en las regiones de Fenicia, Chipre y
Antioquía.
La misión
de Pablo es la gran misión de la
Iglesia naciente. Dos años después de la muerte de San
Esteban, viene su conversión y nace su vocación misionera. Pablo es el titular
de la actividad misionera más allá de las fronteras y el trabajo que realiza lo
distingue de los demás, porque se dirige a grupos y ambientes no cristianos.
Con su compañero Bernabé abren la misión.
La venida
del Espíritu Santo de Dios quitó el temor y la angustia. Con impetu y ardor se
sale a misionar. Que nos contagie el mismo deseo de los apóstoles: que el Señor
sea llevado y conocido en todo el mundo.
P. Dante De
Sanzzi
@ompargentina
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