Transmitir bien la fe.

Hay algunos elementos, de los tantos, que no podemos dejar pasar si pertenecemos a grupos misioneros o realizamos tareas de animación para transmitir la fe a los demás.
Una de las claves para llevar adelante la misión es la cortesía. Por cierto es contraria a descalificaciones o insultos, pero principalmente es cuidar las formas amablemente. Si no somos amables vamos inexorablemente camino al fracaso.



Se necesita credibilidad. Perderla es una de las consecuencias más serias en la Misión.
El que transmite la Palabra debe ser veraz, íntegro. Cuidado con la mentira y la sospecha.

La empatía es clave. Ponerse en lugar del otro. Responder las cuestiones con sentido y humanamente; no dejamos de lado la simpatía, que es una inclinación afectiva y amistosa, amable. Pero necesitamos hacernos con el otro: gozar con el alegre y sufrir con el que sufre.

Debemos ser claros. No es rompernos la cabeza en explicar, sino descubrir que el otro entiende. No ser complejos. El mensaje va a ser claro con palabras sencillas. El “merengue” es para comerlo, no para armarlo. Muchas veces caemos en el pecado de culpar al receptor, cuando en verdad, no somos claros.
Algunas cuestiones para transmitir el mensaje que Dios nos pide a sus evangelizadores.

Él lo hizo sencillo, enseñó a los discípulos esa sencillez. Preparar el espíritu para la prueba e ir cumpliendo estas normas de convivencia. Parte importante para la misión.


P. Dante De Sanzzi
@ompargentina

Comentarios

  1. Es cierto, transmitir mediante la acción es siempre mejor que sólo con palabras :D

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