29 de noviembre, comienzo del Adviento.

En este día comienza el tiempo de preparación a la venida del Hijo de Dios, donde nuestra cristiandad celebra la natividad de Jesús.
Pero hay un tiempo de espera a lo que está por venir; eso significa precisamente ad-viento.

El texto de este fin de semana nos sugiere estar alertas para no ser sorprendidos. Y el significado del Evangelio de Lucas es quitar la pesadez del corazón del hombre: vida libertina, mal humor, desprecio de las cosas de Dios y su designio; en definitiva, es estar de pie, derechos, ante la llegada del Salvador.

Sabemos y entendemos desde nuestra fe que se dará la segunda venida de Jesús, definitiva, pero no conocemos día ni hora. Mientras tanto se nos da una nueva posibilidad de celebrar y recordar su nacimiento en la carne, el hacerse hombre, el venir a este mundo para salvarnos y redimirnos.

El comienzo del texto habla de catástrofes cósmicas (Lc 21, 25-27), pero nos alienta a tener ánimo y levantar la frente, ya que es signo de nuestra liberación. No tener miedo, estar preparados.

Dios está cerca; y muchas veces más de lo que imaginamos. Por eso la invitación a estar tranquilos y confiar. La llegada del Hijo enviado por el Padre es para mostrar cercanía y bondad, misericordia y perdón. Vivamos este adviento con generosidad de espíritu. Lo mejor que podemos ofrecer a Dios es algunos momentos más conectados con la oración. Es demostrar que nos preparamos y lo hacemos bien, con generosidad, como su llegada entre nosotros.


Pbro. Dante De Sanzzi
@ompargentina

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