Pero hay un
tiempo de espera a lo que está por venir; eso significa precisamente ad-viento.
El texto de
este fin de semana nos sugiere estar alertas para no ser sorprendidos. Y el
significado del Evangelio de Lucas es quitar la pesadez del corazón del hombre:
vida libertina, mal humor, desprecio de las cosas de Dios y su designio; en
definitiva, es estar de pie, derechos, ante la llegada del Salvador.
Sabemos y
entendemos desde nuestra fe que se dará la segunda venida de Jesús, definitiva,
pero no conocemos día ni hora. Mientras tanto se nos da una nueva posibilidad
de celebrar y recordar su nacimiento en la carne, el hacerse hombre, el venir a
este mundo para salvarnos y redimirnos.
El comienzo
del texto habla de catástrofes cósmicas (Lc 21, 25-27), pero nos alienta a
tener ánimo y levantar la frente, ya que es signo de nuestra liberación. No
tener miedo, estar preparados.
Dios está
cerca; y muchas veces más de lo que imaginamos. Por eso la invitación a estar
tranquilos y confiar. La llegada del Hijo enviado por el Padre es para mostrar
cercanía y bondad, misericordia y perdón. Vivamos este adviento con generosidad
de espíritu. Lo mejor que podemos ofrecer a Dios es algunos momentos más
conectados con la oración. Es demostrar que nos preparamos y lo hacemos bien,
con generosidad, como su llegada entre nosotros.
Pbro. Dante
De Sanzzi
@ompargentina
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