Con conciencia y
responsabilidad poner lo mejor de sí con espíritu generoso, para
llevar adelante con fuerza la evangelización.
El Concilio nos pide más
generosidad en la plegaria, elevando oraciones y súplicas a Dios
para generar más vocaciones a la misión y sostener a los misioneros
que ya están en tierras lejanas. Tarea de todos los que edificamos
el Cuerpo de Cristo día a día, esperando que lleguemos a la
plenitud de la fe, como decía San Pablo ( Ef 4,13).
Promover la misión y la ayuda
a las Obras Misionales Pontificias. Este es el tiempo que urge, este
el momento. Ante tanto desinterés por los valores religiosos, no
podemos dar la espalda a la necesidad de predicar, con nuestra vida,
el Evangelio de Jesús. Y sostener a los que ya están en este arduo
camino de convertir las almas a Dios.
Ante esta necesidad,
realizamos un nuevo llamado a los sacerdotes diocesanos, al incentivo
en los obispos, a una visión más amplia en la vida religiosa, así
se comprometerá mejor a los fieles a vivir el espíritu misionero
del Hijo, que enviado por el Padre, nos trae la salud. Así se
acercarán los pueblos más alejados. Y oirán el Evangelio de vida
que aún no fue predicado. Depende de nosotros dar a conocer la
verdadera imagen de Cristo. No podemos estar ajenos a esta necesidad.
Ciertamente que esperando resultados positivos a la brevedad nos
llevará a sentir cierta desazón. El Señor tiene sus tiempos en los
corazones de la gente, solo que nosotros tenemos que ponernos en
marcha. Utilicemos los medios a nuestro alcance para mostrar las
inmensas bondades de Dios.
@ompargentina
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