¡Hola! Soy Verónica Hasenauer de la Arquidiócesis
de Paraná, pero todos me conocen como Vero, o la hija de Yoly. Y es por ella
que escribo. Yolanda, "Yoly", fue nuestra delegada diocesana de la
IAM hasta hace muy poquito... en la Jornada Nacional le regalamos una despedida
especial. Tan especial como ella, que empezó como una mamá de niños misioneros
en la parroquia Santa Teresita, y que se fue entusiasmando y enganchando tanto
con la Infancia Misionera (en aquel entonces, año 1999) que unos años después
empezó como animadora. Y su "sí" no tuvo límites: de mamá a
animadora, de animadora a miembro del Secretariado arquidiocesano, y del Secretariado
a la delegación. Con sus idas y venidas llegó a pasar casi 15 años al servicio
de la Obra y ponerlo en números me llena el alma de orgullo (ya les cuento por
qué).
Fueron años de esfuerzo y sacrificio, de dejar un montón de cosas por seguir y dar siempre un poco más, pero también siempre con la constante alegría que sentía cuando estaba "en las cosas de la Infancia". Todos los que la vimos trabajando en estos años podemos dar fe de que "la Yoly" viene con una sonrisa en la cara y la pañoleta en el cuello, sin falta, y a pesar de todas las dificultades que fueran surgiendo con el paso del tiempo.
De ella sabemos el compromiso y la responsabilidad
en la IAM, por su tarea como delegada aprendimos que somos parte de una familia
grande que se extiende por todo el país y más allá también y que eso nos
compromete a trabajar juntos en el servicio a la misión. Gracias a ella sabemos
que no hay edad ni problema que nos apaguen la llamita de la alegría misionera
cuando ésta está fundamentada en Cristo y por Él es que hacemos todo. Y podría
decir tanto más... pero sé que cada persona que la conoce guarda en su corazón
alguna anécdota, como ella guarda una de cada persona que conoció por la IAM.
Lo sé por el mismo motivo por el que les decía que me da orgullo en el alma:
Yoly es mi mamá. Yo soy una de esos tres niños que con cariño acercó a la
parroquia al grupo de misioneritos... y ahora me toca a mí ser quien continúe
su tarea como Delegada, ¡vaya si Dios tiene sus formas y sus planes son así de
locos! Quiero compartirles acá algunas fotos de lo que vivimos el domingo
pasado en nuestro día, el día de la IAM... y aunque ahora sea oficialmente del
"PAMI misionero", como le gusta decir a ella, sabemos que no nos va a
soltar tan fácil, y esperamos que nos siga acompañando por mucho tiempo más.
¡Gracias por tanto Yoly! ¡Te queremos mucho! De los niños y adolescentes del
mundo... ¡Siempre amigos!
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