El fin de semana del 6 y 7 de julio,
con el lema Amor gratuito que no busca
recompensa, se llevará a cabo en todo
el país la Jornada de la caridad del Papa, y cuya colecta tiene como objetivo
sostener los proyectos caritativos de la Santa Sede.
La
caridad nos marca el sentido evangélico de la Jornada por la caridad del Papa,
destaca el Padre Jerzy Faliszek, Director Nacional de las
Obras Misionales Pontificias (OMP), al invitarnos a participar con generosidad en
la colecta y a colaborar mediante “la oración ferviente que fortalece y
sostiene, y la ayuda económica que podamos hacer, dentro de nuestras
posibilidades, hará bien a muchas personas, reflejándose esa proyección
universal que tiene la acción de la Iglesia.
Así mismo manifestó que “el Catecismo
de la Iglesia Católica en el n. 1856 señala la importancia vital de la caridad
para la vida cristiana. En esta virtud se encuentran la esencia y el núcleo del
cristianismo, es el centro de la predicación de Cristo y es el mandato más
importante. No se puede vivir la moral cristiana haciendo a un lado a la
caridad. La caridad es la virtud reina,
el mandamiento nuevo que nos dio Cristo, por lo tanto, es la base de toda
espiritualidad cristiana.
Es el distintivo de los auténticos cristianos. La
caridad es más que el amor. El amor es natural. La caridad es sobrenatural,
algo del mundo divino. La caridad es poseer en nosotros el amor de Dios. Es
amar como Dios ama, con su intensidad y con sus características. La caridad es
un don de Dios que nos permite amar en medida superior a nuestras posibilidades
humanas. La caridad es amar como Dios, no con la perfección que Él lo hace,
pero sí con el estilo que Él tiene”.
En las misas que se
celebrarán en las parroquias del país los días 6 y 7 de julio, además de rezar
por el Papa, se realizará la colecta para que el Sumo Pontífice utilice los
medios que le llegan de parte de los hermanos para ayudar a otros hermanos más
necesitados.
"Realizar
con alegría obras de caridad hacia los que sufren en cuerpo y espíritu es la
forma más auténtica de vivir el Evangelio; es el fundamento necesario para que
nuestras comunidades crezcan en fraternidad y aceptación mutua". (Francisco, marzo 2018).
“Amar a Dios y al prójimo no es algo
abstracto, sino profundamente concreto, que significa ver en cada persona el
rostro del Señor al que servir, y servirle con eficacia…. Y ustedes, hermanos y
hermanas, son el rostro de Jesús. Todos tenemos que recuperar el sentido del
don, de la gratuidad, de la solidaridad. Un capitalismo salvaje ha enseñado la
lógica del beneficio a cualquier precio, del dar para recibir, de la
explotación sin mirar a la persona… y vemos sus resultados en la crisis que
estamos viviendo. Debemos salir al encuentro de todas las personas, sin fines
de lucro, por amor” (Francisco, 21.05.2013).
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